No discuto que la propia dinámica de los medios impida descender a los detalles para explicar la realidad. A veces, ni en la radio ni en la tele se puede hacer. Otras simplemente no se quiere. No obstante, para formarse una opinión fundada y lo más certera posible no queda otro remedio que informarse de todo eso que puede resultar más prolijo y dificultoso. Me da que muchos de los que meten cosas dispares en el mismo saco no lo hacen sólo por ignorancia. También sospecho que el brochazo gordo y sin matización es el más útil para dirigir a la opinión pública alegando que no se puede andar «entrando en tecnicismos». La técnica de la verdad sí lo exige.
¿Y cual será el papel del periodista sino el de mascar esas pejigueras tan sustanciales para ofrecerlas de una forma digerible? No son pocos los que lo dejan reducido a hacer la papilla en la que todo cabe para empapuzar al público con el sabor político que más nos gusta.
Ese será uno de los ejes de mi blog. Aquí si habrá lugar para explicar los matices. La única solución para tratar de forma igual a todo lo que sea igual pero de forma diferente a lo que sea distinto. O sea, de intentar hacer justicia con la actualidad, con la actuación de los políticos, con el mundo que nos rodea. A cada uno lo suyo. Y cada uno debe ser el juez de sus criterios. Así se conforma una opinión pública libre y democrática. Yo tengo la mía, evidentemente.La dejo ver en los programas en los que participo y estará presente también aquí. Así lo veo yo…

Periodista. Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Comentarista de actualidad y escritora.
Inteligente y ultrasofisticada, la jueza Gabriela Aldama es una rara avis en los juzgados de Plaza Castilla. Procedente de una acaudalada y conservadora familia madrileña, Gabriela, destaca entre sus colegas por su voluntad de independencia y de hacer las cosas a su manera, precisamente las mismas razones que le han convertido en uno de los miembros más inclasificables y exitosos de la clase judicial. Siempre en el punto de mira y permanentemente criticada, la jueza se enfrenta a uno de los casos más complicados de su carrera: el asesinato de una pareja de desconocidos de origen árabe. Durante la investigación, Gabriela tendrá que exponerse y arriesgarse hasta el límite.