Entre todas las dudas y trastabilleos hubo una respuesta que Rajoy si tuvo clara el otro día en el examen oral al que decidió someterse: «No veo el escenario de Camps en el banquillo» , afirmó. Está seguridad en la aserción puede ser debida, desde luego, a una fe ciega en la inocencia del imputado añadida a una creencia rotunda en el buen funcionamiento de la Justicia que le llevaría a pensar que, finalmente, esta quedará probada y su probable candidato, por tanto, exonerado. Sólo que en la entrevista no dijo que para él no exista posibilidad de que condenen a Camps, ojo, lo que dijo es que no ve posibilidad de que se le pueda ver siquiera sentado ante la Justicia.
Eso da que pensar. Y puestos a ello, no vamos a suponer que en caso de que el momento banquillo se produzca, él hará el gallego y se pondrá gafas de madera o mirará para otro lado. No. Tampoco podía estar seguro cuando habló de que los recursos presentados ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJPV vayan a ser resueltos a favor del president, por mucho que incluso en sus medios amigos hablen de presiones al tribunal. No seré yo quien tire por ese sendero de extender la sospecha sobre los jueces. Así que quizá no sea descabellada la otra opción: la opción del Plan B.
El posible plan B
¿Y si el PP se estuviera planteando que Camps no se siente en el banquillo bajo ningún concepto? Aunque el proceso siga adelante. A pesar de los jueces. En realidad existe una posibilidad legal. Veamos. El procedimiento contra Camps por cohecho pasivo impropio se tramita por la Ley del Jurado y, por tanto, en caso de ser juzgado lo sería por un tribunal popular formado por nueve ciudadanos valencianos. ¿Habría alguna otra posibilidad, si llega el momento, que verlo sentado ante un juez y con un jurado decidiendo sobre su culpabilidad o inocencia? ¿Hay que arriesgarse siquiera a que llegue ese momento con un coste político endemoniado?
Sí, existe una posibilidad. La posibilidad es que Camps «se conforme», es decir, que reconozca que recibió los trajes como regalo y acepte la pena. Antes de llegarse a constituir el jurado. ¿Descabellado? No tanto. Teniendo en cuenta que en el momento en que se cometió el presunto delito, el cohecho pasivo impropio estaba castigado solamente con una pena de multa y que esto es lo más que le podría pasar a Camps ¿no compensaría en un momento dado pagar una cantidad y no verlo en el banquillo? ¿Dentro del daño no sería políticamente más defendible? Tampoco afectaría a su carrera política. Desde diciembre pasado ese delito ha pasado a ser castigado con penas de prisión y de suspensión de cargo pero esa reforma no afecta al procedimiento que instruye el juez Flors contra él.
Todo es cuestión de cálculo político. ¿Castigaría más a su imagen reconocer que no tiene los justificantes para probar que compró los trajes y resignarse a pagar una multa o sentarse ante un jurado popular? Ante un escenario adverso, el PP puede pensar que un fuego es mejor que un incendio. Esto no sólo se me ha ocurrido a mí. Hace más de seis meses lo publicaba un diario del norte de España.
Y desde luego, algún movimiento en este sentido se huele en el ambiente.
Sucede que procesalmente es posible. Sucede que en caso de llegar a juicio, el jurado es inevitable. Sucede que no es descabellado pensar que esta opción puede ponerse sobre la mesa. Sucede que con esta baza en la manga ni Rajoy ni nadie verían a Camps sentado como un acusado ante la Justicia popular.
Es un posible Plan B. No hay que desestimar que lo barajen.